22 de agosto de 2009
Ver Noruega 10: Trollstigen en un mapa más grande
La ruta hacia Trollstigen pasa por la zona de Geirangerfjord, donde ya habíamos estado en el día anterior. Sucumbimos a la tentación de volvernos a hacer unas fotos en el Flydalsjuvet. Como era tan pronto por la mañana no había absolutamente nadie allí, era toda una gozada!
Llegamos a Geiranger y paramos un rato para darle un vistazo, ya que el día anterior no habíamos tenido tiempo de verlo, al llegar tan apurados para el ferry. Es un pueblo muy pequeño, y vive absolutamente del turismo del ferry a Hellesylt. Nos acercamos hasta la Geiranger Kyrkje, una iglesia de madera de planta octogonal construida en el siglo XIX.
vista de Geiranger y del Geirangerfjord
Geiranger Kyrkje
Seguimos hacia el norte y remontamos la Ørnevegen o carretera del Águila. A través de 11 curvas cerradas, la carretera supera un desnivel de más de 600 m entre el Geirangerfjord y su punto más alto. En la última curva hay un mirador habilitado, desde donde se tienen unas vistas increíbles del Geirangerfjord: de frente, queda la curva que hace el fiordo, antes de proseguir su camino hacia la derecha, donde se ve la catarata de las Siete Hermanas. Hacia la izquierda, queda el fondo del fiordo donde se sitúa Geiranger; y más al fondo, se intuye el Dalsnibba. Realmente es uno de los miradores más espectaculares de nuestro viaje a Noruega, junto con el del mismo Dalsnibba y el Stegastein en el Aurlandsfjord.
Ørnevegen, con las Siete Hermanas al fondo
Ørnevegen, con Geiranger al fondo
panorámica del Geirangerfjord desde la Ørnevegen
Más adelante nos desviamos para acercarnos a otro mirador, el de Kilsti. La carretera acaba en una especie de aparcamiento, a partir del cual tienes que caminar un poco. Las vistas son bastante bonitas: entre los árboles se ve el Norddalsfjord, un inmenso fiordo que pertenece al gran Storfjord (al igual que el Geirangerfjord). Al fondo se intuye el pueblo de Valldal.
vista del Norddalsfjord desde KilstiBajamos de Kilsti y llegamos a Eisdal, para coger el ferry que une esta localidad y Linge. La vista desde la cubierta era muy bonita, se veía el Norddalsfjord en todo su esplendor, al fondo del cual incluso se veía la importante ciudad de Stranda, ya en el Storfjord.
vista del Norddalsfjord desde el ferry de Eisdal a Linge
Bajamos del ferry y nos dirigimos hacia el Gudbrandsjuvet. Era un cañón de 5 m de ancho y 25 m de profundidad excavado por la fuerza erosiva del río Valldøla. El río ha creado un sistema de saltos de agua, pequeñas cataratas y pozas realmente bonito. Un sistema de pasarelas y balcones de hierro facilitaba la visita enormemente, aunque cuando fuimos no estaban todos totalmente construidos.
Gudbrandsjuvet
Gudbrandsjuvet
Por encima del puente, al otro lado de la carretera, había una cuerda un poco escondida por la que se podia bajar hasta el río. Aunque era un poco complicado valia la pena, el lugar era precioso.
Gudbrandsjuvet, bajando al río Valldøla
Antes de llegar al Trollstigen, la carretera atraviesa el parque nacional de Reinheimen. Sus paisajes eran muy hermosos, lo que nos animó a hacer algunas paradas para contemplarlos y caminar un poco. La llanura estaba salpicada de pequeños lagos alpinos, rodeados de turberas con sus hierbas algodoneras. A su alrededor, agudas montañas ofrecían un espectáculo digno de ver.
Reinheimen
Reinheimen
Reinheimen
Y por fin llegamos al Trollstigen, la escalera del troll. Dejamos el coche en un aparcamiento habilitado y, tras superar muchas tiendas de souvenirs, llegamos al mirador. Esta carretera era impresionante, parecía excavada en plena roca en la ladera de la montaña. La vista del valle de Isterdalen no era menos espectacular, estaba flanqueado por altas montañas, y al fondo se intuía Åndalsnes, una gran ciudad situada muy cerca de mar abierto. La lástima fue que se estaba construyendo un mejor mirador unos metros más allá, desde donde seguramente las vistas serían mejores. Los que vayáis a partir de ahora seguramente lo podréis disfrutar.
Trollstigen
panorámica de la Trollstigen, con Isterdalen al fondo
En Trollstigen aprovechamos para comer encaramados en unas rocas. Como hacía sol, había mucha gente tumbada por allí...
A continuación, nos decidimos a bajar la sinuosa carretera para poderla contemplar mejor. Además de las 11 curvas de 180º, el principal peligro era su estrechez. Teníamos que aminorar y apartarnos un poco cuando nos cruzábamos con otro vehículo. A medio camino paramos a ver la Stigfossen, una imponente cascada con una caída de 180 m.
Llegamos abajo, y paramos en un pequeño aparcamiento para ver la Trollstigen desde otro ángulo. Pero la vista no era muy buena, sólo se podía ver un tramo de la carretera.
Aprovechando que estábamos abajo decidimos acercarnos a ver la Trollveggen o pared del troll. En su base había un aparcamiento donde pudimos apreciar esta joya de la naturaleza. La Trollveggen, con sus 1.100 m de altitud, es la pared de roca vertical más alta de Europa. Por esta razón, es un paraíso de los escaladores... y de los saltadores con paracaídas. Realmente era impresionante, la roca era vertical o extraplomada casi todo el tiempo, haciendo esta montaña totalmente inaccesible.
panorámica de la Trollveggen
Con la visita a la Trollveggen dimos por acabada la jornada turística de aquel día. Para regresar a Stryn teníamos que deshacer todo el camino que habíamos hecho, lo cual nos ocupó varias horas. Llegamos tan cansados de coche que decidimos quedarnos en la cabaña para cenar.
Muchas gracias, qué bonito. Nosotros hemos estado este mayo allí, en un crucero con Costa, pero, queremos volver por nuestra cuenta, me está sirviendo de gran ayuda, vuestro itinerario, por eso os lo agradezco.
ResponderEliminarSaludos
Hola!
ResponderEliminarSi vais en verano seguro que lo encotrareis todo mas verde y mas bonito que en mayo. Y por vuestra cuenta podreis visitar esta zona con mas libertad, os lo recomendamos.
Nos alegra de que el blog os sea útil! Si tenies alguna duda os intentaremos ayudar.
Saludos