16 de noviembre de 2009
Después de toda una noche con violentas tormentas el nuevo día amaneció raso, con un sol radiante. La ruta que ibamos a seguir es la siguiente:
Ver Londres 3: Westminster en un mapa más grande
Nos pusimos en marcha enseguida, así que cogimos el metro hasta la estación de Green Park. Una vez atravesado este parque, llegamos hasta el Buckingham Palace. Este palacio es la residencia oficial de la reina de Inglaterra y sólo se puede visitar en verano, cuando se encuentra en Escocia. Aunque no pudimos entrar, es un punto obligado de visita.
Buckingham Palace
vallas del Buckingham Palace
Justo al lado del palacio está el parque de St. James, uno de los más bonitos de la ciudad. Tiene una gran variedad de árboles y un gran lago en el centro, que esta atravesado por un pequeño puente donde hay buenas vistas.
St. James Park
Abandonamos el parque y nos introducimos un poco por las calles del barrio de St. James, uno de los de mas categoría de la ciudad. Después fuimos a The Mall, una avenida que se engalana en las grandes ocasiones, y que conecta Buckingham Palace (el poder real) con Whitehall St. (el poder democrático).
Al llegar a la altura de Horse Guards Parade, encontramos una cosa muy curiosa: la caballería estaba en formación delante del edificio. Al acercarnos a mirar, nos dimos cuenta que por The Mall venía un segundo cuerpo de caballería que se reunió con el primero. Así que habían dos tipos de guardias, unos con capa roja (los “Life Guards”) y otros con capa azul marino (los “Blue and Royals”). A continuación realizaron una especie de ceremonia de relevo de guardia de lo más interesante.
Horse Guards Parade
Otra de las estampas que no podía faltar era la del Big Ben, que es una de las dos torres del Westminster Palace (el Parlamento inglés).
Big Ben
Westminster Palace
Cerca del Parlamento está la Westminster Abbey, otro sitio de visita obligada. Aunque la entrada era bastante cara, creemos que valió la pena. Dentro nos dieron una audioguía en español muy completa. Lo peor es que no dejan hacer fotos.
Westminster Abbey
Al salir de la abadía estábamos hambrientos, así que buscamos un sitio para comer. Pero en esta zona apenas habían restaurantes. Después de andar un rato llegamos a una pequeña calle, Strutton Ground, muy agradable y donde encontramos un buen pub para comer (The Strutton Arms).
Strutton Ground
Después nos dirigimos hacia el London’s Eye. Para llegar, hay que atravesar el Westminster Bridge, desde donde hay unas bonitas vistas del palacio de Westminster. La entrada de esta especie de noria también es bastante cara, pero las vistas son espectaculares. Un consejo: si queréis tener las mejores panorámicas, no vayáis hacia el atardecer, ya que el sol os vendrá de cara cuando dirijáis la vista hacia el palacio de Westminster.
London's Eye
vista desde el London's Eye
London's Eye, interior
Para estirar las piernas caminamos por un paseo que hay paralelo al río, entre los puentes de Westminster y Lambeth. Al atravesar este último puente pasamos por los Victoria Tower Gardens, unos jardines muy tranquilos justo al lado sur del Parlamento.
Como ya oscurecía y la falta de luz ponía en seria dificultades nuestras operaciones turísticas, cogimos el metro y nos dirigimos hacia el Natural History Museum, uno de los museos que más tarde cierran. Dentro hay una colección de dinosaurios realmente interesante y didáctica.
Natural History Museum
Al salir del museo nos dirigimos caminando hacia el barrio de Chelsea, donde paseamos por King’s Road, una de sus arterias principales conocida por sus numerosas tiendas de ropa de marca. Finalmente cogimos el metro en Sloane Square para volver al hotel.
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