NÁPOLES 2: Pompeya y Herculano

8 de enero de 2018 Por la mañana cogimos el tren en Nápoles para ir a ver las ruinas de Pompeya. Estuvimos unas cuatro horas explorándolas en profundidad y todavía nos faltó tiempo para ver algunos lugares. Después nos desplazamos en tren a Herculano, donde una hora y media fue suficiente para ver todo el conjunto arqueológico. Volvimos en tren a Nápoles, donde llegamos antes de las 6 de la tarde. Aquel era el día mas señalado en nuestro viaje a Nápoles y la Campania, ya que visitaríamos uno de los yacimientos arqueológicos mas importantes y fascinantes del mundo, Pompeya. Su historia es bien conocida: hacia el año 79 el volcán Vesubio tuvo una violenta erupción que enterró la ciudad bajo cenizas y piedras volcánicas y mató a todos los habitantes que no habían huido.
8 de enero de 2018
Por la mañana cogimos el tren en Nápoles para ir a ver las ruinas de Pompeya. Estuvimos unas cuatro horas explorándolas en profundidad y todavía nos faltó tiempo para ver algunos lugares. Después nos desplazamos en tren a Herculano, donde una hora y media fue suficiente para ver todo el conjunto arqueológico. Volvimos en tren a Nápoles, donde llegamos antes de las 6 de la tarde.
Aquel era el día mas señalado en nuestro viaje a Nápoles y la Campania, ya que visitaríamos uno de los yacimientos arqueológicos mas importantes y fascinantes del mundo, Pompeya. Su historia es bien conocida: hacia el año 79 el volcán Vesubio tuvo una violenta erupción que enterró la ciudad bajo cenizas y piedras volcánicas y mató a todos los habitantes que no habían huido. Lo que fue una catástrofe a nivel humano, fue toda una bendición para la arqueología, ya que la ceniza depositada permitió una excelente conservación de la ciudad y todo lo que quedó en su interior (incluyendo los cadáveres de las propias víctimas). Actualmente, Pompeya es el mejor lugar para profundizar sobre la historia romana de todo el mundo.
Pompeya es la excursión mas clásica desde Nápoles, y llegar en transporte público es muy fácil. Solo hay que coger un tren en la estación central (Piazza Garibaldi) de la línea Circumvesuviana y bajar en la estación de Pompei Scavi (se tarda unos 40 minutos). Los billetes solo valen 2 € por trayecto; en nuestro caso nos costó 6 € en total, ya que a la vuelta paramos en Herculano. La entrada principal al complejo arqueológico está a escasos 100 m de la estación de tren de Pompei Scavi. La entrada a Pompeya nos costó 13 € (15 € a día de hoy noviembre de 2019), y hay la opción de alquilar audioguías por 8 €. En nuestra opinión esto no es necesario, ya que junto con la entrada te entregan un folleto muy completo para sacarle todo el partido a la visita, con amplias explicaciones de todos los edificios que se pueden visitar. Hay que tener en cuenta que el yacimiento es enorme, y aunque no se puede entrar en todas las casas, hay que dedicarle mucho tiempo para verlo sin prisas. En nuestro caso le dedicamos unas 4 horas y pese a ver los principales lugares, nos faltó tiempo para ver alguna casa. Para saber mas, consultad la web oficial de Pompeya, con información actualizada de precios y horarios y algunos itinerarios de visita sugeridos.
Entramos al yacimiento arqueológico de Pompeya por su zona suroeste, donde la ciudad está protegida por una muralla que flanqueamos por la Puerta Marina, una de las principales entradas a la ciudad ya que la unía con el cercano puerto. La ciudad parecía dispuesta en una pequeña meseta elevada, y mas abajo, extramuros, se podían ver los restos de las Termas Suburbanas (una de las varias que había). Tras un corto tramo de calle llegamos al Foro, rodeado por todo tipo de edificios administrativos y religiosos. Estaba muy bien conservada la Basílica, que era sede de los tribunales, al igual que el Santuario de Apolo, el templo más antiguo de la ciudad (siglo II a.C.). En un lado, un poco oculto está el Granero, que es muy interesante porque alberga algunos objetos rescatados de la ciudad, incluyendo moldes de figuras humanas que fallecieron allí. Justo enfrente se encuentra el Macellum, el principal mercado de la ciudad, interesante por los frescos que se conservan en su interior. Lo mejor del Foro es la vista que tenía, ya que en línea recta al fondo se podía ver la estampa del Vesubio. De momento la visita nos estaba gustando, aunque no habíamos visto nada extraordinario, ya que este tipo de edificios religiosos y administrativos son fáciles de ver en cualquier yacimiento romano del Mediterráneo, y aquí no se encontraban especialmente bien conservados.
Entrando en Pompeya por a Puerta Marina
Foro: Basílica (arriba dcha.), Templo de Apolo (arriba izq.) y Granero (abajo), con el molde de una victima
Foro Romano
Pero lo mejor de Pompeya estaba por venir, y en nuestra opinión son todos los edificios relacionados con la vida cotidiana de los romanos, los cuales son muy difíciles de ver en buenas condiciones en otros yacimientos. Abandonamos el Foro y nos internamos por una de sus calles residenciales. Enseguida nos llamó la atención lo bien conservadas que estaban las propias calles, con su adoquinado y sus aceras, es algo que no habíamos visto nunca. La primera casa que visitamos fue la Casa del Oso Herido, y al entrar nos quedamos impresionados: su interior estaba cubierto de maravillosos frescos y mosaicos. Sin duda, una de las casas mas espectaculares y mejor conservadas, ya que se restauró hace pocos años. Muy cerca está la Casa de Sirico, un rico comerciante y político cuya casa disponía de un gran salón para invitados con unos frescos en un gran estado de conservación. La casa estaba muy bien situada, ya que quedaba justo al lado de las Termas Estabianas; siempre que habíamos visto termas romanas habíamos tenido que hacer un gran ejercicio de imaginación, ya que a menudo solo se habían conservado algunos muros, pero aquí se podía ver TODO el edificio, y no solo eso, sino que también los frescos y mosaicos de su interior. Las termas daban a la calle del Lupanar, donde se agolpaban los edificios donde se practicaba la prostitución; precisamente se podía visitar uno de ellos, adornado con frescos con escenas la mar de explícitas de sexo ¡Esta nueva parte de la ciudad nos estaba encantando!
Calle de Pompeya
Casa del Oso Herido
Termas Estabianas
Casa de Sirico (abajo izq.) y Lupanar
Llegamos a la parte sur de la ciudad, donde nuevamente encontramos instalaciones públicas. La mas aparente es el Teatro Grande, cuyas gradas tenían la curiosidad de haber sido construidas en la misma roca volcánica de la zona (las piedras volcánicas no se suelen usar en la construcción, ya que son muy duras y difícil de moldear). Justo al lado está el Odeón, un teatro mas pequeño y cubierto. Pero lo mas importante de la parte sur de la ciudad es precisamente la calle que la atraviesa longitudinalmente, la Via de la Abundancia. La propia calles es una atracción en si misma, ya que está estupendamente bien conservada, y permite hacerse una idea perfecta de cómo fue en el pasado. En su tramo central hay mucha de sus casas que se pueden visitar. Es muy curiosa la llamada Fullonica de Stephanus, una lavandería que estaba adornada con frescos por dentro. También es posible ver varios termopolium, una especie de bares donde se servían bebidas y algunas comidas sencillas.
Teatro Grande
Termopolium
Via de la Abundancia
De entre las casas de comerciantes destacan la Casa de Paquius Proculus, con su suelo enteramente recubierto de mosaicos, la Casa del Efebo, que tiene un pequeña capilla en su jardín, y la Casa del Menandro, una de las mas completas y extensas. Aunque a nosotros nos gustó mucho una de las últimas casas que hay hacia el este, la Casa de la Venus de la Concha, ya que tiene un fresco precioso de Venus en una pared de su jardín. En el extremo sureste se encuentra el Anfiteatro, al que solo le dimos un vistazo.
Casa de Paquius Proculus (izq.), Fullonica de Stephanus (arriba dcha.) y Casa del Menandro (abajo dcha.)
Casa de la Venus de la Concha
A continuación desandamos el camino recorrido y nos dispusimos a explorar la zona que hay al norte del Foro, donde se encuentran las casas de la aristocracia local. La mas grande de la ciudad es la Casa del Fauno, aunque se encuentra en un estado de conservación peor que otras. De las diversas otras casas visitables de la zona, la mas espectacular es sin duda la Casa de los Vetti, una de las familias mas ricas de Pompeya. Sus dependencias están decoradas con frescos en un estado de conservación impresionante, de los mejores de todo el yacimiento.
Frescos de la Casa de los Vetti
Luego continuamos caminando hacia el noroeste de la ciudad, con lo que acabamos dando con otra de sus puertas de entrada, la Puerta Ercolano. Una vez fuera de la ciudad la calle prosigue su recorrido atravesando la Necrópolis, donde se conservan varias tumbas ricamente decoradas. Continuamos caminando hacia una de las casas mas fascinantes de la ciudad, la Villa de los Misterios. Es una de las mas grandes, y en su inicio era una villa señorial pero acabó siendo una granja. Su estado de conservación es fenomenal, incluso se han conservado los techos que en el resto de la ciudad colapsaron por el peso de las cenizas. La casa es famosa por los frescos que adornan su triclinium, que muestran a una joven iniciándose en el culto de Dionisio, el dios del vino (la granja también elaboraba vino). Son sin duda los mejor conservados de todo Pompeya, tanto es así que por su colorido y sus detalles parecía que se hubieran pintado hacía poco.
Puerta Ercolano
Frescos de la Villa de los Misterios
Con esto dimos por concluida nuestra visita a Pompeya, que sencillamente nos encantó. Quizás hay gente que le parezca que se pueden visitar relativamente pocas casas. Pero muchos ignoran que Pompeya fue casi completamente destruida por un gran terremoto 17 años antes de la erupción del Vesubio. Cuando ésta tuvo lugar, solo se habían reconstruido algunas casas y a la ciudad solo habían vuelto un 10% de sus habitantes (la erupción no fue tan mortífera como nos muestra a menudo Hollywood). De cualquier forma, para nosotros es uno de los grandes yacimientos arqueológicos de la antigüedad, a la altura de Machu Picchu o Angkor. Solo por visitar Pompeya ya compensa el viaje a Nápoles, y es un lugar imprescindible a cualquier persona que le guste viajar, sea amante de la historia o no.
Salimos del recinto de Pompeya por la salida que había en la Villa de los Misterios y nos dirigimos nuevamente a la estación de tren de Pompei Scavi. Mientras esperábamos nuestro tren a Herculano nos comimos un panino de mozzarella y prosciutto que compramos en uno de los bares de la estación (6 € junto con una coca-cola). No tuvimos que esperar demasiado a que viniera nuestro tren, y por suerte era uno semi-directo, así que llegamos a la estación de Ercolano Scavi en unos 15 minutos. Las ruinas de Herculano están a unos 10 minutos caminando de la estación. La antigua ciudad romana de Ercolano era un tranquilo pueblo de pescadores habitado además por ricos mercaderes. Su destino, al igual que Pompeya, quedó ligado a la erupción volcánica del Vesubio. En este caso, la ciudad fue arrasada por una riada de lodo que la sepultó por completo, y esto permitió que todo se conservara mucho mejor que en Pompeya.
Ruinas de Ercolano
Después de pagar la entrada (11 €, aunque en 2019 ya cuesta 13 €) nos lanzamos rápidamente a visitar el yacimiento de Herculano (sólo teníamos dos horas para visitarlo, ya que cerraba a las 17 h). Es mucho mas pequeño que Pompeya, y sus calles tienen una trama mas compacta, con lo que es mas fácil para visitar ya que todo queda cerca. Las ruinas se sitúan a varios metros por debajo del nivel de la calle, que es la altura que alcanzó el lodo que sepultó Herculano. Al igual que Pompeya, lo primero que nos sorprendió fue lo bien conservadas que estaban las calles, tanto el pavimento como las aceras. Tampoco se podían visitar todas las casas, pero éstas parecían no tan destruidas, con lo que a menudo daba realmente la impresión de estar caminando por una ciudad de verdad y no por unas ruinas. Eso sí, las casas estaban menos decoradas con frescos y mosaicos. Uno de los edificios mas impresionantes eran las Termas, que estaban separadas en termas masculinas y femeninas, y ambas tenían interesantes mosaicos en el suelo de sus salas. La casa mas destacable en este aspecto es la Casa de Neptuno y Anfitrite, con maravillosos mosaicos y restos de frescos en su triclinio.
Calles de Herculano
Termas de Herculano
Casas de Herculano: impluvium de la Casa Samnitica (dcha.) y Casa del Esqueleto (arriba izq.)
Casa de Neptuno y Anfitrite
La calle principal de Herculano es el Decumanus Maximus, donde se pueden ver algunos edificios francamente bien conservados. Parece ser que esta calle estaba llena de comercios y tiendas. En alguna todavía se conservan frescos donde se mostraban algunos de los productos que se vendían y su precio. Para nosotros, una de las zonas mas fascinantes es la del Cardo IV, donde hay una casa en la que incluso se puede ver su balcón porticado. Todas las calles se dirigen hacia el oeste, donde se pueden ver los restos del antiguo puerto muy bien conservado. Aquí se encuentran los Fornici, o almacenes portuarios, en los que se pueden ver un buen número de esqueletos, ya que los habitantes de Ercolano que no pudieron huir se intentaron refugiar aquí, pero no consiguieron salvarse.
Decumanus Maximus
Decumanus Maximus: panadería (arriba izq.), termopolium (arriba dcha.) y fresco de una tienda de ánforas (abajo)
Cardo IV (arriba) y puerto con los Fornici (abajo)
En una hora y media vimos lo esencial de Herculano, que nos gustó mucho. Teníamos miedo que fuera un “mas de lo mismo” que Pompeya, pero nos pareció bastante diferente. En Pompeya hay mas casas decoradas, mientras que en Herculano lo que está mejor conservado es la trama urbana y el exterior de las casas. Así que creemos que las dos visitas son complementarias y muy recomendables. Y si se madruga un poco, es posible visitarlas las dos en un mismo día en transporte público.
Sobre las 17 h volvíamos a estar en la estación de tren de Ercolano Scavi y cogimos el primer tren hacia Nápoles. Volvimos a descansar a nuestro B&B y a darnos una merecida ducha. Para cenar decidimos no caminar mucho y buscar una trattoria cercana, elegimos Casa Tua al Duomo. De entrante pedimos unos aperitivi para compartir, con embutidos y quesos, que era tan abundante que pensábamos que nos habían puesto dos raciones. De plato principal pedimos pasta, unos trofie con pez espada y calabaza y unos paccheri con guanciale y pecorino. Toda la comida estaba deliciosa y al final nos costó acabárnosla. Junto con una cerveza y un agua, la cena nos salió por 38 €.
Nuestra cena

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