MALDIVAS 7: excursión a Gulhi

14 de enero de 2017 En aquella nueva jornada de relax pasamos todo el día en la vecina isla de Gulhi, muy cerca de Maafushi. No hicimos mucha mas cosa que pasear por su tranquilo pueblo y descansar y bañarnos en su playa. A media tarde volvimos a Maafushi para disfrutar de nuestra última cena en Maldivas. Aquel iba a ser el penúltimo día de nuestro viaje, y para no desentonar con la tónica de lo que había sido nuestra estancia en Maldivas habíamos decidido pasar el día tranquilamente en la vecina isla habitada de Gulhi. De las diferentes islas cercanas a Maafushi, Gulhi es la única donde se puede ir y volver el mismo día en transporte público
14 de enero de 2017
En aquella nueva jornada de relax pasamos todo el día en la vecina isla de Gulhi, muy cerca de Maafushi. No hicimos mucha mas cosa que pasear por su tranquilo pueblo y descansar y bañarnos en su playa. A media tarde volvimos a Maafushi para disfrutar de nuestra última cena en Maldivas.
Aquel iba a ser el penúltimo día de nuestro viaje, y para no desentonar con la tónica de lo que había sido nuestra estancia en Maldivas habíamos decidido pasar el día tranquilamente en la vecina isla habitada de Gulhi. De las diferentes islas cercanas a Maafushi, Gulhi es la única donde se puede ir y volver el mismo día en transporte público: se sale de Maafushi con el ferry de las 7:30 h y se puede regresar desde Gulhi en el de las 16:25 h (20 minutos de trayecto). Pero en aquel viaje no estábamos nada acostumbrados a madrugar, así que cuando tocó el despertador nos hicimos los remolones y al levantarnos tuvimos que buscar otra opción para llegar a Gulhi. Probamos con el dueño de la guesthouse, Mohammed, que tenía una barca con la que nos había llevado días atrás a hacer varias excursiones de snorkeling, pero aquella mañana no estaba. Decidimos entonces ir a iCom (el principal tour operador de la isla), donde se ofrecieron a llevarnos en lancha rápida por 15 USD por persona. El precio nos pareció razonable así que aceptamos. Para la vuelta ya estaríamos atentos y regresaríamos con el ferry público.
En un plis llegamos a Gulhi, una isla habitada situada a unos 5 km al NE de Maafushi y bastante mas pequeña (solo 500 m de largo). La primera sensación que nos produjo era la de un lugar tranquilo y alejado de todos los problemas del mundo. El pueblo estaba compuesto de sencillas casas de una planta, pintadas de colores turquesa. No se veían muchos comercios destinados al turista como restaurantes u hoteles, solo pequeños colmados. Una señora nos invitó a que entráramos en su casa, y al hacerlo vimos que vendía diferentes artículos de artesanía. Nos cayó tan bien que le compramos una pulsera (50 rufiyaa, unos 2 €).
Pueblo de Gulhi
Playas entorno del pueblo de Gulhi
Después fuimos hacia la bikini beach de Gulhi. Era una impresionante extensión de arena blanca y aguas turquesas. Y había poquísima gente en ella, así que se respiraba un ambiente muy tranquilo. Lo único malo es que había poquísima sombra, solo unos pocos arbustos altos bastante retirados del agua que apenas permitían cobijarte debajo. Había unas tumbonas y sombrillas de paja (parecía que eran gratis), pero al llegar tan tarde estaban todas cogidas. Nos hicimos un hueco en un lugar con un poco de sombra y extendimos nuestras toallas preparados para pasar una nueva jornada de relax.
En la bikini beach
Tumbonas de la playa... ojalá hubiéramos podido disfrutar de una!
Un gran día de relax
Después de un rato de bañarnos en la playa, decidimos ir a hacer un poco de snorkeling. Tuvimos que nadar bastante hacia mar adentro, ya que el fondo cubría muy poco y era arenoso. En la zona mas profunda y rocosa pudimos ver bastantes peces tropicales, aunque el coral estaba hecho polvo. Pero pese a ser un snorkeling hecho desde la misma playa nos sorprendió en positivo.
A primera hora de la tarde recogimos los bártulos y nos acercamos al pueblo a buscar algún sitio para comer. La oferta de restaurantes en Gulhi no es muy grande, y básicamente corresponde a los pocos hoteles que hay. Al final fuimos al restaurante del Hotel Fulhoi, un lugar sencillo que ofrecía platos sencillos. Compartimos unos espaguetis al ajo y aceite bastante decentes, aunque con una pasta demasiado al dente, y para beber un zumo de lima y una holsten. De postre pedimos un pastelillo que parecía casero y que tenían en el mostrador (todo por 160 rufiyaa, unos 8 €). Estuvimos haciendo tiempo a la espera que saliera el ferry de vuelta a Maafushi.
Ferry hacia Maafushi
Mas o menos a las 16:25 llegó el ferry público con bastante puntualidad. Bajó una gran cantidad de gente local, ya que el barco venía de la capital, Malé. Solo embarcamos unas pocas parejas de extranjeros y en poco tiempo ya estábamos en Maafushi. Fuimos a la guesthouse a ducharnos y a descansar un rato, tras lo cual salimos a cenar. Era nuestra última cena en Maldivas y de todo el viaje. En vez de tirar la casa por la ventana en un restaurante caro (y que después fuera decepcionante) fuimos a nuestro restaurante barato de referencia de Maafushi, el Harbour Café. Pedimos un kothu de atún (muy bueno, con un interesante toque picante) y pollo con queso (sazonado con unas hierbas que le daban muy buen gusto). Junto con un zumo de lima y una holsten, la cena nos salió por 336 rufiyaa (unos 18 €).
Nuestra cena en el Harbour Café

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