16 de septiembre de 2015
Ese día nos esperaba uno de los lugares “top” de China (y probablemente del mundo), los Guerreros de Terracota de Xi’an. Sus interesantes restos arqueológicos cumplieron nuestras expectativas, convirtiéndose en uno de nuestros recuerdos mas vivos de nuestro viaje por el país. Por la noche cogimos el vuelo que nos llevaría hacia Zhangjiajie, donde llegamos solo con tiempo de meternos en la cama y esperar un nuevo día.
Aquella jornada era la última que íbamos a estar en Xi’an, a la noche nos marcharíamos hacia Zhangjiajie para disfrutar de sus paisajes. Pero antes, teníamos que visitar el lugar mas famoso de la ciudad, paso obligado en cualquier ruta por China, el Ejército de Guerreros de Terracota.
16 de septiembre de 2015
Ese día nos esperaba uno de los lugares “top” de China (y probablemente del mundo), los Guerreros de Terracota de Xi’an. Sus interesantes restos arqueológicos cumplieron nuestras expectativas, convirtiéndose en uno de nuestros recuerdos mas vivos de nuestro viaje por el país. Por la noche cogimos el vuelo que nos llevaría hacia Zhangjiajie, donde llegamos solo con tiempo de meternos en la cama y esperar un nuevo día.
Aquella jornada era la última que íbamos a estar en Xi’an, a la noche nos marcharíamos hacia Zhangjiajie para disfrutar de sus paisajes. Pero antes, teníamos que visitar el lugar mas famoso de la ciudad, paso obligado en cualquier ruta por China, el Ejército de Guerreros de Terracota. Visitar este yacimiento arqueológico por libre es bien sencillo, solo hay que coger unos buses con el cartel “Terracotta Warriors” (o nº 914) que salen del parking que hay al sureste de la estación de tren (la del centro, no la de alta velocidad). Circulan de las 8 a las 18 h, con una frecuencia de 4 minutos. Así que dejamos nuestro equipaje en la recepción del hotel y cogimos un tuk-tuk hacia allí (15 yuans). Para que el tuktukero no se equivocara de estación de tren, le dijimos que nos llevara a la “bus station”, que está al lado de la estación de tren correcta. Cuando llegamos al susodicho parking, nos dimos cuenta que era enorme y que nos costaría dar con nuestro bus. Pero cuando caminábamos hacia el este, una señora con uniforme nos apresuró a que subiéramos a un bus: ¡era el que buscábamos! Suponemos que todos los “blanquitos” que van por allí quieren coger el bus a los Guerreros de Xi’an. El bus solo nos costó 8 yuans (algo mas de 1 €). En realidad es un bus de línea, donde iban subiendo y bajando parroquianos y que tiene su final en el yacimiento. Debido al intenso tráfico de la mañana en Xi’an tardamos casi una hora y media (sin tráfico debe ser mas o menos 1 hora).
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Bus que lleva al yacimiento de los Guerreros de Xi'an |
Antes de proseguir el relato, hagamos un poco de historia de este importante yacimiento. En realidad constituye el mausoleo del emperador Qin Shi Huang (siglo III a. C.), el fundador de la dinastía Qin. Ésta fue la primera que logró unificar todo el país, conquistando los otros reinos presentes en la zona. Por primera vez en la historia, el territorio de lo que hoy es China no tenia solo el mismo regente, sino la misma moneda, escritura, sistema burocrático, etc. De hecho, la palabra “China” viene de Qin, que se pronuncia “Chin”. Antes de morir, el emperador se hizo construir una tumba con un gran ejército que hiciera honor a su gran poder. Fue una obra colosal, que empleó a centenares de miles de esclavos durante 36 años. El ejército constaba de 8.000 guerreros de terracota a tamaño natural, todos distintos y antiguamente pintados a mano. Pero en el mausoleo había mucho mas a parte de los guerreros: una bóveda celestial con frescos, palacios, tesoros... A la muerte del emperador, una parte del mausoleo fue saqueado al poco tiempo, despojando a los guerreros de las armas reales que llevaban. Pero durante los mas de 2.000 años siguientes, la tumba fue olvidada, y no fue hasta los años 70 que fue redescubierta por casualidad por unos campesinos. Hoy en día, todavía no se ha excavado todo el mausoleo y se siguen encontrando numerosos tesoros históricos cada año.
La entrada al yacimiento de los Guerreros de Xi’an es de las mas caras de China, 150 yuans (unos 20 €), pero el sitio lo vale. Consta de un museo y tres fosos donde se encuentran los guerreros. Empezamos por el museo, donde se hace una sucinta reseña histórica del lugar y se exponen unos pocos objetos. Los mas interesante son un par de carros de bronce, llenos de impresionantes detalles, aunque no eran de tamaño natural.
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Carros de caballos de bronce |
Después fuimos hacia lo realmente interesante, los fosos. En todas las guías aconsejan que visites el número 1 al final, porque como es el mejor, los otros dos no te defraudan. Y no podemos estar mas de acuerdo con esa recomendación. De forma que empezamos por el foso 2. Al entrar en el recinto vimos una simple explanada excavada, sin nada mas. Cuando caminamos un poco empezamos a ver restos de guerreros destrozados, como mucho pudimos ver algunos torsos aún bien conservados. De hecho, este foso todavía está en proceso de excavación y sus hallazgos todavía no habían sido restaurados. Pero lo bueno estaba por llegar: al final del foso dimos con una sala donde se exponían unos pocos guerreros perfectamente restaurados. ¡Eran sencillamente impresionantes! Estaban expuestos de una forma que podías ver el guerrero desde todos los ángulos posibles. Se exponían dos arqueros diferentes (uno con armadura y otro sin), un oficial, un general y un jinete con su caballo. Pudimos apreciar la finura de sus detalles, sobre todo en la cara y el pelo, que es lo que hace cada figura única. De hecho, este es el único lugar de todo el yacimiento donde se pueden observar tan de cerca las figuras. Salimos extasiados de aquel foso, ansiosos de descubrir lo que nos depararían los dos siguientes.
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Fragmentos de guerreros en el foso 2 |
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Arquero sin armadura |
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General |
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Oficial |
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Arquero acorazado |
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Jinete con caballo |
Pasamos al foso 3, que nos pareció mas pequeño que el anterior, pero vimos muchos mas guerreros, la mayoría de ellos en perfecto estado. Parece ser que aquel foso recreaba una especie de puesto de oficiales, con algunas figuras de caballos acompañando a los soldados. Era una lástima tener que ver las figuras de tan lejos, desde una plataforma encima del foso. Pero era la primera vez que veíamos a los guerreros en su lugar original y eso nos gustó mucho.
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Foso 3 |
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Oficiales del ejército de terracota |
Pero lo mejor estaba por llegar. Cuando entramos al foso 1 no pudimos evitar un estremecimiento ante lo que veían nuestros ojos: ante nosotros se extendían decenas de filas de guerreros de terracota en perfecta formación militar, ¡debían haber miles! Y eso que allí solo había una pequeña parte del ejército de terracota del emperador... Cuando nos fijamos mas pudimos distinguir los arqueros, oficiales y demás que habíamos visto mas detenidamente en el foso 2. ¡Era una vista increíble! Era una lástima que no pudiéramos ver mas de cerca los guerreros, la distancia que nos separaba de ellos no nos permitía admirar sus detalles. Pero ver todo el ejército a tus pies lo compensa. Realmente, no es lo mismo ver los guerreros en una vitrina que verlos desplegados ante ti, ¡inolvidable!
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Vista de todo el ejército de guerreros del foso 1 |
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Guerreros del foso 1 |
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Guerreros del foso 1 |
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Foso 1, con el mirador para los visitantes al fondo |
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Guerreros y caballos |
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Larga hilera de guerreros |
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Formación militar de guerreros |
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Guerreros del foso 1 |
El foso 1 es con diferencia el mas grande de los tres y al igual que los otros, había una pasarela por la que se podía rodear completamente. A la que dejamos atrás el gran ejército vimos que había una zona que parecía una especie de “hospital de Guerreros de Xi’an”, donde los reconstruían hasta donde podían (no siempre completamente). Se podía ver todo el proceso de reconstrucción, desde figuras completamente rotas a guerreros bien restaurados. Debía ser un trabajo muy arduo a tenor de lo fragmentadas que podían estar las figuras según vimos en el foso 2. Y también parecía que les quedaba mucho trabajo que hacer viendo las figuras que necesitaban cuidados urgentes.
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Figuras en proceso de reconstrucción |
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Guerreros ya rehabilitados |
Felices de todo lo que habíamos contemplado allí, salimos del foso 1. Como íbamos bien de tiempo fuimos al “Cinema”, una sala audiovisual donde proyectaban un corto documental en inglés sobre la historia de los Guerreros. Nos pareció muy recomendable e interesante, sería buena idea verlo antes de entrar en los fosos. Con esto dimos por concluida nuestra visita a los Guerreros de Terracota de Xi’an, que duró 3 horas. Nos pareció uno de los mejores lugares históricos de toda China. Pero como muchos otros, hay que ir con la lección de historia bien aprendida para sacarle todo el provecho (el documental del Cinema ayuda).
Antes de irnos de allí, pasamos por el KFC para comprar algo de comida para el viaje de regreso a Xi’an. Una de las cosas que nos sorprendió de China es lo aficionados que son los chinos a las cadenas de comida rápida norteamericanas. ¡Con lo rica que es la cocina china! Y siempre hay un KFC o un McDonald’s en los sitios turísticos. Compramos un par de muslos y 5 nuggets por 35 yuans (unos 4,5 €, por ese dinero comes como un rey en puestos callejeros). Cogimos nuevamente el bus 914 y en poco mas de una hora nos plantamos nuevamente en Xi’an.
Regresamos al Hotel Toyoo (previo tuk-tuk, 15 yuans) para recoger las mochilas. En la recepción preguntamos el mejor método para ir al aeropuerto, y como era un buen hotel nos indicaron que cogiéramos un taxi (obviamente). Como teníamos tiempo y nos queríamos ahorrar unos buenos yuans, les insistimos en que queríamos ir en bus. Y menos mal que lo hicimos por que la información de la Lonely estaba obsoleta. Los buses hacia el Aeropuerto de Xi’an salen ahora delante del Hotel Longhai, en la parada de metro de Wulukou. Para comprar los billetes tuvimos que entrar al hall del mismo hotel, donde había un pequeño stand (25 yuans cada uno). Los buses se iban llenando y yendo rápidamente, así que no tuvimos que esperar mucho para ponernos en marcha.
Al llegar al Aeropuerto de Xi’an, el bus fue haciendo paradas en cada una de las tres terminales, la nuestra era la última, la T3. Nuestro vuelo con China Eastern Airlines no salía hasta las 10 de la noche así que íbamos con tiempo. Pasamos por el mostrador de facturación, donde nos pasó algo raro: al facturar las mochilas nos retuvieron los pasaportes y nos dijeron que pasáramos a una sala. Allí un policía registró delante de nosotros una de las mochilas, tras lo que nos devolvió los pasaportes y nos dejó marchar. ¡Que susto! Como llegaríamos tarde a Zhangjiajie decidimos cenar algo en el aeropuerto. En un lugar llamado City Café cenamos entre los dos un combinado de fideos picantes y hamburguesa china de carne y verduras muy buena, incluido una especie de zumo de naranja caliente, por 30 yuans (unos 4 €).
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Nuestra cena en el Aeropuerto de Xi'an |
Al final el vuelo salió con una hora de retraso, de forma que llegamos cerca de la medianoche al Aeropuerto de Zhangjiajie. Éste no era muy grande, y éramos los únicos occidentales que pululaban por allí. Casi todo el mundo desapareció del aeropuerto en los coches de sus respectivos familiares, por lo que quedamos cuatro gatos. Como a aquellas horas de la noche ya no había buses, fuimos presa fácil de los taxistas. Nos pidieron al principio 200 yuans por llevarnos a la ciudad, pero conseguimos rebajarlo hasta 80 (unos 11 €), que ya era demasiado dinero para una carrera así.
El taxista nos llevó hasta nuestro alojamiento para aquella noche, el
Zhangjiajie Huilong Road Pedestrian Street 2nd Branch, un hotel de la cadena
7 Days Inn. En principio lo habíamos elegido por que pensábamos que estaba cerca de la estación de buses, cosa que el día siguiente comprobamos que no era así. La habitación era mas que correcta, limpia y amplia, cumplía perfectamente con lo que queríamos (un sitio decente para dormir). Nos salió por 144 yuans (20 €), algo caro para ser China. Enseguida nos acostamos, el día siguiente nos esperaban grandes emociones.
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Nuestra habitación en Zhangjiajie |
Y todo lo que queda por sacar de ahí! Tienen trabajo para décadas. Lo más increíble es la combinación de trabajo en cadena y personalización. Se considera el primer trabajo en cadena, con células de trabajadores dedicadas a cada parte que luego otros ensamblaban, pero luego encima cada guerrero es distinto en pequeños matices a partir de figuras prefabricadas. Ideas del siglo XIX, pero hace más de 2.000 años.
ResponderEliminarSi, este lugar es uno de esos que le sacas mas partido conociendo su fascinante historia. Debió ser un trabajo muy complicado de llevar a cabo pero también de organizar, parece mentira que fueran capaces de hacer algo así en aquella época.
EliminarSaludos