8 de enero de 2015
Ese día dejamos El Calafate y nos dirigimos en bus a El Chaltén, uno de los paraísos para los senderistas en Argentina, donde estaríamos tres noches. Una vez en El Chaltén, hicimos una de sus excursiones mas famosas, la que lleva a la Laguna Torre.
Aquella mañana nos tocó volver a montar la mochila para hacer un nuevo viaje. Teníamos que dejar El Calafate para ir a El Chaltén, conocido como La Meca del trekking, aunque días después volveríamos a El Calafate para hacer el minitrekking por el Perito Moreno. Nos dirigimos caminando a la estación de autobuses para coger el bus de Caltur hacia El Chaltén. Había tanta gente que tuvieron que poner tres buses para llevarnos a todos. Eso sí, el perfil de la gente era parecido, aquí y allá se veían las botas de montaña, paravientos, palos de trekking... Y es que solo hay una razón para ir a El Chaltén: caminar.
El trayecto duró tres horas y antes de dejarnos en el pueblo, el bus hizo una parada en la oficina del Parque Nacional de los Glaciares norte. Allí una guarda nos hizo una breve charla con consejos y advertencias para los excursionistas, especialmente para los que acampaban en la montaña, además de repartir mapas sencillos pero útiles (mas que suficientes para los trekkings). Para los que nos quedábamos a dormir en El Chaltén, nos aconsejó hacer ese día la excursión de la Laguna Torre, justamente la que habíamos pensado, ya que a aquella hora no nos daría tiempo de hacer otras mas largas y populares (especialmente la de la Laguna de los Tres, que haríamos el día siguiente).
Desde la estación de autobuses de El Chaltén solo tuvimos que caminar cinco minutos hasta nuestro alojamiento para aquellos días, la Hostería Los Ñires. Era una verdadera incógnita lo que nos íbamos a encontrar en él, ya que propiamente no lo habíamos reservado nosotros. En principio habíamos reservado el cercano Hotel Lago del Desierto, pero días atrás tuvimos que cambiar nuestro planing y los del hotel nos dijeron que no tenían lugar (como dicen allí) para las nuevas fechas, pero nos reubicaron en Los Ñires, de los que también son propietarios. Por fuera, el edificio era bastante cochambroso y dejado, pero por dentro la cosa cambiaba mucho: interiores amplios y cómodos, llenos de madera. Nos adjudicaron una habitación triple con baño, por lo que era enorme. No era ningún lujo, pero cumplía perfectamente su función (proveer un sitio para dormir). La habitación nos salió por 60 USD con desayuno (unos 46 €), una buena relación calidad-precio al tratarse de un pueblo caro para dormir. Lo malo era la poca señal de wifi, solo se podía coger algo en el hall.
Nuestra habitación en Los Ñires |
Enseguida nos cambiamos de ropa y nos calzamos las botas de montaña para ponernos en marcha. La excursión de la Laguna Torre tiene poco desnivel (unos 200 m) y se hace en 6 horas en total (aquí la ficha técnica de Wikiloc). Como eran las 12 del mediodía, aquella excursión era ideal para nosotros. Una de las cosas buenas de El Chaltén es que casi todas las excursiones salen del mismo pueblo, no hay que coger ningún transporte para acercarse al punto de salida. Tan solo saliendo de nuestro hostal ya estábamos empezando la excursión.
El sendero formalmente empezaba en la calle Las Loicas de El Chaltén, un letrero lo señalaba claramente. El primer tramo era demoledor, había que superar un desnivel de 100 m en poco espacio, casi sin haber tenido tiempo para calentar los músculos. La vertiente pedregosa por la que subimos estaba dominada por vegetación estépica, en especial del neneo, un gran arbusto espinoso que teñía de amarillo el paisaje por el color de sus flores. Al alcanzar la cima de aquella loma tuvimos una buena perspectiva de El Chaltén, un pueblo moderno, fundado para tomar posesión en nombre de Argentina de aquella zona que también se disputaba Chile. Después alcanzamos un altiplano donde empezaban a crecer los primeros ñires, el árbol típico de los bosques patagónicos. El sendero discurría por la parte superior de un cañón excavado por el río Fitz Roy, así que durante un buen rato no tuvimos que superar desniveles. Alcanzamos un mirador sobre una catarata que había al otro lado del cañón, pero no nos pareció gran cosa.
El Chaltén desde el inicio del camino |
Altiplano con ñires |
Cañón del río Fitz Roy |
Tuvimos que ascender por una colina para llegar al Mirador Torre, un lugar desde donde hay unas vistas fantásticas del valle del río Fitz Roy y de las montañas que rodean la Laguna Torre. Nos dimos cuenta que el cielo estaba tan nublado que no podríamos ver el Cerro Torre, uno de los alicientes de esa excursión. Aunque a esas alturas tampoco nos importaba, estábamos disfrutando de la caminata y de los paisajes que nos regalaban aquellas montañas.
Vistas desde el Mirador Torre |
Bajamos al amplio valle del río Fitz Roy, donde el sendero adoptó una pendiente muy suave. El paisaje cambió drásticamente, enseguida quedamos engullidos por un enorme bosque de lengas. Durante mucho rato caminamos entre el gran bosque, el caudaloso río y unas montañas vertiginosas, no podíamos pedir mas a aquel paisaje! De momento, El Chaltén nos estaba pareciendo fiel a su fama de paraíso del excursionismo.
Bajando al valle del río Fitz Roy |
Espectaculares montañas envolviendo el valle |
Caminando por el bosque de lengas |
Ya nos faltaba poco para completar la excursión, solo superar los 50 m de desnivel de los materiales que dejó la antigua lengua de hielo que formó el valle. ¡Y por fin llegamos, teníamos ante nosotros a la fantástica Laguna Torre! Es un gran lago de origen glaciar, cuyas aguas nacen del glaciar Grande, que pudimos adivinar al otro extremo. La laguna estaba rodeada de espectaculares montañas, pero estaba tan nublado que no pudimos ver la mas singular, el Cerro Torre, un gran pináculo granítico. ¡Que pena! Si queréis ver como es, el compañero Ricardo Lapiettra tiene unas fotos increíbles de esta montaña.
Laguna Torre |
Al fondo, el glaciar Grande, y hacia la parte dcha. se insinúa el Cerro Torre |
Panorámica de la Laguna Torre |
Nos sentamos un rato para comer nuestra comida de supermercado mientras contemplábamos la laguna y sus montañas. Después de recrearnos un poco y de descansar iniciamos el ascenso hacia el mirador Maestri. Es un camino que va subiendo vertiente arriba hasta un mirador situado enfrente del glaciar Grande. Como se necesitaba una hora de caminata y superar mas de 150 m de desnivel, decidimos hacer solo un trozo, el necesario para tener un poco de vista ¡Las piernas nos empezaban a pesar! Al llegar a una pequeña loma decidimos parar y conformarnos con las vistas que teníamos, que no estaban nada mal. Desde la Laguna Torre, el glaciar Grande nos había parecido poca cosa, pero desde allí pudimos ver su espectacular lengua de hielo.
Vista yendo al mirador Maestri |
Panorámica de la Laguna Torre desde el camino al mirador Maestri |
Después iniciamos el regreso hacia El Chaltén, no queríamos que se nos hiciera tarde. Aunque en aquella época del año no anochecía hasta bastante tarde y los días se podían aprovechar bastante. Al final hicimos la excursión en 7 horas, un buen tiempo teniendo en cuenta las paradas para hacer fotos y la de la comida. Pese a no ver el Cerro Torre, la excursión nos gustó mucho por la variedad de sus paisajes y su poca dificultad.
El destino quiso que al llegar a El Chalten el primer comercio que viéramos fuera una heladería, Domo Blanco. Con lo hechos polvo y sedientos que estábamos no nos lo pensamos, nos merecíamos un premio. Los helados estaban riquísimos y nos sentaron de muerte (70 pesos, 6 €).
Nuestros buenos (y caros) helados |
Después fuimos a comprar algo barato para cenar, en aquel viaje estábamos gastando demasiado en restaurantes. Y comer o cenar barato para nosotros significaba empanadas. Encontramos un sitio donde las vendían a 12 pesos cada una (1 €), y compramos de atún, caprese, carne y espinacas. En un super cercano también compramos bebidas y un yogurt de postre. Así nos organizamos la cena en la habitación, y pudimos meternos enseguida en la cama. Estábamos reventados de la excursión, pero para el día siguiente nos esperaba una caminata mas larga hasta lo que se convertiría para nosotros en la montaña mas bonita del mundo, el Fitz Roy.
En el mapa, la linea roja que trazaron... ¿cuántos kilómetros les marca hasta allí? Porque por lo que me dijeron eran unos 17 kilómetros de ida y otro tanto de vuelta... pero me parece mucho, ¿no?
ResponderEliminarY completamente de acuerdo en que el Fitz Roy es lo másss!!! :)
Según la ruta que hemos consultado de Wikiloc, son 11 km de ida. 17 nos parece mucho, debían estar equivocados :P
EliminarEstamos enamoradísimos del Fitz Roy, será la siguiente entrada del blog! ^_^