FRANCIA 1: ruta por Pyrénées-Atlantiques

6 de diciembre de 2012
En el puente de diciembre decidimos hacer una pequeña escapada en el valle de Barétous, el más pequeño de la región de Béarn. Nos alojamos en el pueblo de Lanne-en-Barétous, en la casa de campo de Jean Marc, el novio de la hermana de Neus. Al ser un viaje familiar no dedicamos todas las horas al turismo sino que nos lo tomamos más en calma.
Llegamos en coche el día anterior por la noche desde Barcelona. Fueron unas 5 horas de viaje, y justo al cruzar el túnel de Somport nevaba copiosamente en el lado francés. Suerte que cuando llegamos a la casa nos esperaba la chimenea bien caliente.
Este día lo dedicaríamos a visitar algunos pueblos cercanos a Lanne: la iglesia románica de Sainte-Engrâce, el pequeño pueblo de Tardets-Sorholus y Oleron-Sainte-Marie, la capital del Haut-Béarn.

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Llegamos a Sainte-Engrâce a media mañana después de un buen desayuno con pan tostado, mantequilla y mermelada casera. Este pueblo esta situado en el país vasco francés, así que muchos de sus carteles están escritos en euskera a parte de en francés. Lo más importante de este pueblo es su iglesia románica del siglo XI con planta rectangular. En el interior destacaban los capiteles de las columnas con distintas escenas bastante elaboradas.
iglesia románica de Sainte-Engrâce
Sainte-Engrâce y su iglesia
Cerca de este pueblo está la gruta de la Verna, un yacimiento geológico con algunas de las salas subterráneas más grandes de Europa. Estuvimos tentados de ir pero cuando llamamos para reservar nos pareció un poco caro: 37 euros por persona una visita de 3 horas.
Desde el pueblo había magnificas vistas de las montañas nevadas de los alrededores. Se ve que la carretera que lleva a la estación de esquí de Pierre-Saint-Martin estaba cortada un poco más arriba debido a la nieve.
panorámica de Sainte-Engrâce
paisajes de Sainte-Engrâce
paisajes de Sainte-Engrâce
A continuación decidimos ir a Tardets-Sorholus donde aprovechamos para ir a la oficina de turismo en la plaza central del pueblo. Allí nos dieron varios folletos de posibles actividades para hacer en la zona. Queríamos ir a hacer raquetas de nieve el sábado pero muchas estaciones de nieve estaban cerradas debido al mal tiempo. Qué lástima!
plaza mayor de Tardets
En Tardets dimos una pequeña vuelta por el río que lo atraviesa, Le Saison. Las vistas no eran muy bonitas y sobretodo se veía el campanario de la iglesia del pueblo, del siglo XIX.
Como ya se estaba haciendo la hora de comer decidimos desplazarnos a Oloron-Sainte-Marie donde habría mucha más variedad para escoger. Llegamos sobre las 13:30 y nos decidimos por una crêperie cerca de la plaza de principal, Le Bistrot de Nini. Comimos crêpes saladas con jamón, queso y bacon y de postre crepes dulces con chocolate y nata (32 euros por tres personas). Todo riquísimo!
comiendo unas crêpes en le Bistrot de Nini, Oloron
Oloron-Sainte-Marie es la capital de Haut-Béarn y el pueblo más grande de la región con poco más de 10.000 habitantes. Esta formado por tres barrios históricos: Sainte-Marie, Sainte-Croix y Notre-Dame, que fueron pueblos independientes y rivales en alguna ocasión, hasta el siglo XIX cuando se fusionaron. Después de comer nos dispusimos a realizar un tour circular de una guía de excursiones por Béarn que llevábamos (“Les sentiers d’Emilie en Béarn”). Empezamos la visita por la plaza principal, le Jardin Public, realizada a finales del siglo XIX y con 2,8 hectáreas.
Nuestro siguiente punto de visita fue la catedral de Sainte-Marie, declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Su construcción se empezó a principios del siglo XII en estilo románico, que se aprecia sobretodo en la hermosa portada de la fachada. Nos sorprendieron sobretodo sus 24 ancianos esculpidos tocando la lira. Debajo las esculturas son de escenas de la vida cotidiana, como la caza de jabalí o la pesca de salmones. El resto del edificio y las torres son de estilo gótico.
Cathédrale Sainte-Marie 
Cathédrale Sainte-Marie, portada 
Cathédrale Sainte-Marie, relieves de la portada 
Delante de la catedral vimos una tienda de productos locales, Arts et Délices donde compramos gâteau basque para merendar luego con la familia de Jean Marc. Este pastel es típico de la zona del país vasco francés y se trata de un bizcocho relleno de crema o frutas.
A continuación nos dirigimos al río Aspe que separa el barrio de Sainte-Marie del de Sainte-Croix que queda encima de una colina. Desde aquí había unas buenas vistas de las casas de la colina y la iglesia de Sainte-Croix en la cima.
vistas desde el río Aspe, con Sainte-Croix al fondo
puente sobre el río Aspe
Subimos por la rue Dalmais donde se encuentra la tour de Grède del siglo XIII que en ese momento estaba cerrada. Actualmente alberga un museo de la naturaleza y se puede subir arriba donde dicen que hay buenas vistas. Al final de esta calle había dos casas medievales muy auténticas.
rue Dalmais, con la iglesia al fondo
casas medievales al final de rue Dalmais
Finalmente llegamos a la iglesia románica de Sainte-Croix construida a finales del siglo XI y una de las más antiguas de la región de Béarn. Por fuera es mucho más sencilla que la catedral de Sainte-Marie ya que al estar encima de una colina se usaba también como ciudadela. Lo bonito de esta iglesia es su interior con sus bellas bóvedas y su curiosa cúpula mozárabe formando una estrella de 8 puntas.
iglesia de Sainte-Croix
Para volver a la parte baja del pueblo tomamos la Promenade Bellevue, una avenida que como su nombre indica tiene unas estupendas vistas del pueblo con las montañas al fondo. Como hacia sol había muy buena visibilidad, el problema es que costaba hacer fotos porque teníamos el sol de cara.
Promenade Bellevue
Promenade Bellevue, vista sur, con los Pirineos al fondo
Promenade Bellevue, vista oeste, con el barrio de Sainte-Marie al fondo
Una vez llegamos a la plaza principal dimos por concluido el paseo. Estuvimos un par de horas andando, y la verdad es que Oloron nos gustó mucho. Luego fuimos a comprar queso de brebis en la tienda La Maison du vin et du Formage. Este es un queso puro de oveja típico de los pirineos atlánticos. Aunque también lo vendían en los supermercados y grandes superficies nos aconsejaron comprarlo en tiendas especializadas o directamente a los productores.
Dimos por finalizada nuestra jornada turística y fuimos a un E. Leclerc, un enorme supermercado donde abastecernos de quesos para traer luego a Barcelona: reblochon, camembert, brie, comté, fromage blanc... Nos encantan! Al volver a casa fuimos a visitar los padres de Jean Marc y aprovechamos para tomar el café con el gâteau basque que habíamos comprado. Estaba especialmente bueno.

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