17 y 18 de Julio de 2012
Nuestros dos primeros días del viaje fueron agotadores. Después de un largo vuelo llegamos Tokyo muy pronto por la mañana, con todo el día por delante. Empezamos la visita de la ciudad por el barrio de Ueno y sus parques, continuamos por Asakusa y su magnífico templo y luego por Akihabara y el mundo del manga. Acabamos el día paseando por alrededores del Palacio Imperial y probando los primeros platos de gastronomía japonesa.
Ver Japón 1: Tokyo I en un mapa más grande
El primer día del viaje fue largo y agotador, el primer vuelo salía la mañana del 17 bien temprano a las 6:25. Nos tocó madrugar mucho y luego de hacer escala en Roma nos esperaban 12 largas horas de vuelo hasta Tokyo. Suerte que el avión iba casi vacío y pudimos estirarnos un poco. Llegamos al aeropuerto de Narita a las 6:40 del día siguiente con mucho sueño pero con ganas de ver que nos deparaba el día!
Nada más llegar fuimos a cambiar dinero y quisimos ir a la oficina de turismo pero a esas horas estaba cerrada, no abría hasta las 8:00. Lo primero que íbamos a hacer era ir al hotel a dejar las mochilas. La línea que lleva a la estación de Ueno donde estaba nuestro hotel es Keisei Main Line (hay otras líneas para ir a la ciudad pero que llevan a otros barrios). Pensábamos comprar el billete de tren más barato (el Local de 1.000 yens) pero en taquilla nos convencieron de comprar uno un poco más caro que era más cómodo y espacioso (el Morning liner de 1.400 yens). Luego en la estación vimos que todos los turistas viajaban también en este tren más amplio aunque fuera solo unos 5 minutos más rápido que el Local. Una vez en el tren entablamos conversación con un japonés que sabia hablar castellano. Fue muy simpático, nos contó que había vivido en México 5 meses y que tenía muchas ganas de practicar el castellano! Hasta había estado en Barcelona hacía años y conocía Gaudí! Como todo buen japonés.
Una vez en la estación de Ueno nos costó un poco encontrar la gran avenida Asakusa-dori entre tanta calle. Decidimos ir andando hasta el hotel aunque el calor era bastante insoportable. Lo bueno fue que al llegar ya teníamos la habitación a punto y pudimos ducharnos y cambiarnos antes de volver a la calle. El Oak Hotel es un alojamiento muy funcional que tiene como mejor baza su ubicación, muy cercana a la estación de metro y tren de Ueno. Como cosas buenas tiene wifi y aire acondicionado en la habitación, tres ordenadores disponibles con internet en la recepción y un salón con una pequeña cocina. Lo malo es que algunas habitaciones y lavabos son especialmente pequeños y hay poco espacio para el equipaje.
nuestra habitación en el Oak Hotel
Pedimos a la recepción del hotel si tenían algún mapa de la ciudad y nos dieron un folleto en español con mapas de las zonas más turísticas que nos fue la mar de útil. Empezamos la visita por lo que teníamos más cerca, el parque de Ueno. Este parque es famoso por la gran cantidad de museos que alberga, alguno de ellos de visita obligada según las guías, como el Museo Nacional de Tokyo. Pero como acabábamos de llegar no nos apetecía meternos en un museo así que solo paseamos por el parque y vimos un par de templos que había. La verdad es que con el sol que hacía había bastantes locales paseando, muchos con paraguas para protegerse de la solana.
Ueno-koen
El primer templo que vimos fue Benten-do, situado en una pequeña isla en medio del estanque Shinobazu completamente cubierto de flores de loto. Este templo esta dedicado a Benten, diosa de la buena fortuna, de las artes y del agua.
Shinobazu
Benten-do
Después fuimos al Tosho-gu, santuario dedicado a Ieyasu Tokugawa, el sogún que unificó Japón. Data del siglo XVII así que es una de las pocas edificaciones del período Edo que quedan aún en la ciudad. Se accede por una avenida flanqueada de históricas linternas de piedra pero no pudimos entrar ni ver ya que estaba en obras.
Tosho-gu
Antes de irnos del barrio fuimos a pasear por Ameyoko-cho, un entramado de pequeñas calles llenas de tiendas de todo tipo (ropa, cosmética, pescado fresco y seco, fruta, conservas,…) y pequeños restaurantes. Lástima que aún era demasiado pronto para comer.
Ameyoko-cho
Ameyoko-cho
Dimos por terminada la visita en la zona de Ueno y fuimos a coger nuestro primer metro en Japón. La verdad es que es bastante fácil moverse en metro por la ciudad. Cogimos la línea Ginza (G) hasta Asakusa con el billete más barato (160 yens). Al salir nos dimos cuenta que estábamos en uno de los sitios mas famosos de Tokyo por la cantidad de turistas occidentales que había. Y es que aquí en Asakusa se encuentra el templo budista más importante de la ciudad, el Senso-ji. Fundado en el siglo VII es el templo más antiguo aunque ha sufrido muchas reconstrucciones y la actual data de 1950. Esta consagrado a una imagen de Kannon, la diosa de la piedad, que dos pescadores recuperaron con sus redes.
La puerta de entrada al templo es Kaminari-mon o puerta del Trueno, con dos grandes estatuas de los guardianes del Trueno (Raijin) y del Viento (Fujin). Atravesando la puerta esta Nakamise-dori, una calle llena de tiendas de recuerdos, artesanía y otros artículos para el turista. La verdad es que fue un poco agobiante, debido al calor, al cansancio y a la gran muchedumbre que había. Así que decidimos hacer una pausa y buscar sitio para comer, nada fácil en esa zona ya que todo es muy caro. Después de dar vueltas por las calles laterales de Nakamise-dori terminamos en un mini-restaurante de comida japonesa con algo de italiana. Comimos pizza japonesa (con sardinas, cebollas y algas) y fideos a l'amatriciana (los queríamos estilo japonés pero nos dijeron que se habían terminado). Todo por 1.600 yens. Fue nuestra primera comida en el país y no nos gustó demasiado.
Kaminari-mon, Senso-ji
Nakamise-dori, Senso-ji
vista del Skytree des del Senso-ji
comiendo en Asakusa
Con las fuerzas recuperadas nos adentramos en el recinto del Senso-ji cruzando la puerta del Tesoro o Hozomon. Más allá de la puerta venden amuletos y se pueden conseguir Omikujis o papeles de la fortuna por 100 yens. Para obtenerlos hay que agitar una caja metálica de donde se saca un palito con unos kanjis. Después se buscan esos kanjis en unos cajones y se coge un papel del cajón correspondiente. En nuestro caso nos salió "GOOD FORTUNE" (吉 kichi). Si hubiera salido "mala suerte", tendríamos que atar el papel en unas cuerdas para que el viento se la llevara. Este es uno de los pocos templos donde los Omikujis están traducidos al inglés. Luego hicimos la Temizu o ceremonia de purificación. Se trata de lavarse las manos y enjuagarse la boca antes de acceder al santuario.
Hozomon, Senso-ji
Omikuji, Senso-ji
Temizu, Senso-ji
El edificio principal del Senso-ji no tiene mucho interés y en el interior solo hay un altar dorado. La imagen de Kannon no está expuesta pues se considera demasiado sagrada para que la vea el público. Nos defraudó un poco porque todo se veía muy nuevo al ser reconstrucciones de los años 50. Así que nos fuimos sin terminar de ver todo el recinto (el sexto día de viaje volveríamos a ir).
imagen de kannon en el Senso-ji
edificio principal del Senso-ji
Volvimos al metro a coger la línea Ginza (G) hasta Suehirocho para visitar el barrio de Akihabara conocido como la ciudad de la electrónica. Desde la estación cogimos Chuo-dori, una calle repleta de tiendas de manga, anime y videojuegos. Era curioso pasear por allí y sobretodo había mucha gente joven. En las calles laterales nos sorprendieron las chicas vestidas de escolares que repartían propaganda de masajes . Cerca de la estación de Akihabara vimos las numerosas tiendas de productos electrónicos por lo que es tan famoso el barrio.
Chuo-dori, Akihabara
Chuo-dori, Akihabara
tiendas de electrónica, Akihabara
Como era pronto, no eran aún ni las 4 h de la tarde, decidimos explorar un poco más esta zona. Nos dirigimos entonces al santuario sintoísta Kanda Myojin, uno de los más antiguos de la ciudad (del año 730). Nos sorprendió la calma que había estando tan cerca de la zona comercial de Akihabara. Después nos acercamos a la iglesia ortodoxa de Nicholai-do aunque no valía mucho la pena.
Kanda Myojin
Como no teníamos ganas de volver a coger el metro decidimos ir andando hasta el Palacio Imperial. A medio camino ya estábamos reventados de la caminata a pleno sol! Así que hicimos una parada para tomar algo fresquito. Era en una zona de oficinas y al ser las 5h de la tarda estaban todas las calles llenas de hombres con pantalones oscuros de pinza y camisas claras.
El Palacio Imperial es la actual residencia del emperador y su familia. Esta escondido detrás de las murallas del antiguo castillo de Edo y es inaccesible al público. Solo se puede ver desde fuera y la foto típica incluye también el Nijubashi o puente doble. Pensábamos que nos podríamos acercar un poco a los dos puentes, y nos quedamos un poco decepcionados de verlo tan de lejos. La única zona abierta al público son los jardines del Este o Higashi Gyoen, pero cuando llegamos, la puerta de Otemon estaba cerrada. Los jardines cierran pronto, a las 16:30, y entre una cosa y otra ya se nos habían hecho las 18:30.
Nijubashi y Palacio Imperial
Estábamos totalmente destrozados de la larga caminata y lo poco que habíamos dormido la noche anterior. Así que decidimos terminar nuestra jornada turística y volver al hotel en metro. Cogimos la línea Hanzomon (Z) en Otemachi para una sola parada y luego hicimos transbordo a la línea Ginza (G) hasta Inaricho donde estaba nuestro alojamiento.
Para cenar no buscamos mucho y terminamos enfrente del hotel en un restaurante de ramen. Fuera estaba todo en japonés pero el camarero, que era muy simpático, nos vino a buscar y nos dijo que tenían menú en inglés. Así que pedimos dos grandes cuencos de fideos ramen con un filete de carne de cerdo dentro. El caldo estaba fuerte pero fue bueno y nos llenó a reventar. Este restaurante cierra muy pronto (sobre las 20:30) ya que cuando pasamos por delante otros días siempre lo vimos cerrado.
cenando en un restaurante de ramen
ramen
Que suerte con lo de que el vuelo de ida fuese casi vacía.
ResponderEliminarYo vuelo el 2 de Marzo también con Alitalia. Ojalá tenga la misma suerte que vosotros, pues de esa manera podré descansar un poco mejor, y es que yo si no estoy en una cama, difícilmente puedo dormir.
Saludos.
Hola Carlos,
ResponderEliminarA ver si tienes suerte. En nuestro vuelo, muchas de las filas centrales de 4 asientos estaban vacias, y mucha gente se estiraba como si fueran camas...
Saludos
Hola de nuevo, ya estoy otra vez por aquí =)Muchas gracias por vuestra info.
ResponderEliminarUna consulta mas. En el vuelo ¿dan mantas, almohadas, antifaz...?
Un abrazo.
Muchas gracias por vuestra paciencia =)
ResponderEliminarUna última consulta sobre el vuelo. En un blog de viajes he leido que en el vuelo a Tokyo con Alitalia, los asientos no disponen de enchufes para cargar moviles, portatiles, etc, sin embargo en una página de planos de asientos en la red dice que si tiene.
¿Que me podeis decir al respecto?
Muchas Gracias.
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Carlos Bravo
Hola Carlos,
ResponderEliminarEn el vuelo de Roma a Tokyo dan mantas y almohadas. Y respecto a los enchufes, desconocemos el tema por completo, no lo recordamos bien... Quizas dependa del modelo concreto de avion en el q viajeis.
Saludos