20 de abril de 2011
Como el día anterior, esa jornada íbamos a alternar paisajes salvajes con ciudades históricas. De esa forma, por la mañana pasearíamos por las cascadas de Skradinski Buk (parque nacional de Krka) y por la tarde visitaríamos Šibenik.
Ver Croacia 5: parque nacional Krka y Šibenik en un mapa más grande
El parque nacional de Krka es todo un oasis de frescor en medio del entorno mediterráneo árido de esta parte de Dalmacia. Su principal atractivo son las de 17 cascadas de Skradinski Buk, a las que se puede llegar de dos formas: en un barco turístico desde Skradin o haciendo una pequeña excursión de 45 minutos. Nosotros optamos por la segunda opción, así que partimos hacia allá bien pronto para evitar el calor del mediodía.
vista de Skradin
La excursión se puede iniciar en Skradin (en tal caso, se tarda un poco más), pero nosotros nos acercamos lo mas posible con el coche. Se puede dejar en un aparcamiento que hay justo antes del puente de la carretera 56 sobre el río Krka. Allí había una caseta con un guarda que te impedía el paso con coche. La caminata se hacía por una ancha pista que discurría al lado del río, sin desniveles importantes.
hacia Skradinski Buk
Sin apenas cruzarnos con gente llegamos al Skradinski Buk. Lo primero que nos encontramos fue la caseta de información donde pagar la entrada del parque. Justo después hay una gran zona con mesas, puestos ambulantes y restaurantes (aunque no todos ellos abiertos entonces). A continuación había una pasarela que cruzaba el río y que ofrecía la primera espectacular estampa de cascadas y de agua.
Skradinski Buk
La primera parte de la visita a las cascadas se hace por su orilla sur, donde hay unos miradores habilitados para contemplar las pozas, saltos de agua y cascadas del lugar. También hay algunas casas con tiendas o pequeños museos. Las vistas de las cascadas eran muy bonitas, lástima que no nos podíamos acercar a ellas tanto como el día de Plitvice... En la guía decía que era posible bañarse entre las cascadas, pero actualmente está prohibido.
Skradinski Buk
Skradinski Buk
Al dejar atrás la última cascada, el sendero pasa por unas pasarelas de madera entre las frondosas islas que va dejando el río. En esta parte era donde más caminos había para poder descubrir diferentes lugares de las cascadas.
Skradinski Buk
Una vez llegados a la orilla norte, el sendero volvía al punto de partida paralelo al río. Había algunos miradores, pero las vistas no eran tan buenas como en el camino de ida. Una vez llegamos al principio, volvimos a hacer la solitaria caminata hasta donde habíamos dejado el coche.
Skradinski Buk
Como era pronto decidimos conducir hasta otra de las zonas más populares del parque, Visovac. Se trata de un monasterio del siglo XIV emplazado en una isla en medio de un lago. Pero tuvimos mala suerte, cuando llegamos al embarcadero faltaban dos horas para la próxima salida ya que era mediodía (normalmente son cada hora). Así que contemplamos la isla desde allí y aprovechamos para comer un poco.
Visovac
A continuación pusimos rumbo hacia Šibenik, que cuenta como gran atractivo su catedral, patrimonio de la humanidad de la Unesco. Dejamos el coche en un parking de pago de la Trg Maršala Tita y empezamos la visita por la parte sur de la ciudad. Lo primero que vimos fue la Crkva Sv. Franje o iglesia de San Francisco, del siglo XIV y perteneciente al contiguo monasterio.
callejuela de Šibenik
Después nos adentramos en el casco antiguo, un entramado peatonal de estrechas callejuelas. Caminamos por la Zagrebačka, una de las calles principales, en torno de la cual hay una gran cantidad de antiguas iglesias. Yendo hacia el noroeste, la primera que nos encontramos fue la Usperije Bogomatere o Iglesia de la Ascensión, construida en el siglo XVII en el lugar donde vivieron unos templarios. La siguiente fue Sv. Ivan o San Juán, la más bonita del conjunto, del siglo XV y con una interesante escalinata renacentista. Por último, llegamos a Sv. Krševan o San Crisógono, una pequeña iglesia románica del siglo XVII.
Sv. Ivan
Seguidamente fuimos subiendo hasta la Tvrđava Sv. Mihovil o fortaleza de San Miguel. Esta fortaleza veneciana del siglo XV no tiene en si gran interés de no ser por las espectaculares vistas que hay, imprescindibles si se visita la ciudad. Hacia el sur se divisa el casco antiguo de Šibenik presidido por la catedral; del entramado de calles van saliendo los campanarios de las distintas iglesias que salpican el centro. Hacia el norte también hay una vista interesante, aparte de la ciudad nueva se ve la enorme bahía donde se emplaza esta ciudad.
Tvrđava Sv. Mihovil
Bajamos de la fortaleza y fuimos hacia la catedral, de la que hay una buena vista desde la posición elevada de la Svi Sveti o iglesia de Todos los Santos. La Katedrala Sv. Jakova o catedral de Santiago es el principal reclamo turístico de la ciudad y está protegida por la Unesco. Su principal peculiaridad es que está construida completamente de piedra, sin elementos de unión (como el cemento). El techo está hecho por losas circulares que encajan perfectamente. Hubiera aguantado así durante siglos... de no ser por los bombardeos serbios. Por dentro, los trabajos de reconstrucción eran visibles en forma de unas pequeñas vigas metálicas que mantenían unido el conjunto. Otra curiosidad es un friso que hay en el presbiterio con 72 cabezas de personas, que muestran la diversidad humana de la época.
Katedrala Sv. Jakova
Katedrala Sv. Jakova
Katedrala Sv. Jakova, interior
Katedrala Sv. Jakova, cabezas del presbiterio
La catedral está emplazada en la Trg Republike Hrvatske o plaza de la República Croata, donde se encuentran varios edificios históricos como el antiguo ayuntamiento, la logia y varios palacios.
Trg Republike Hrvatske
Una vez visitados los puntos más importantes de la ciudad, decidimos callejear un rato. Es muy agradable pasear por estos centros históricos adoquinados y peatonales.
Riva
Como todavía era pronto decidimos coger el coche y acercarnos a Primošten. Este es un pequeño pueblo pesquero muy conocido por sus viñas (fueron candidatas a patrimonio de la Unesco). Su pequeño casco histórico se sitúa en una antigua isla ahora unida al continente. Dejamos el coche al lado de la puerta de entrada al casco histórico y caminamos sin rumbo por sus callejuelas. Parecía que todas las casas estaba muy arregladas, y todas con los mismos materiales, lo que les daba una apariencia un poco artificiosa.
Primošten
Enseguida llegamos al extremo del pueblo, una colina elevada donde está la iglesia de San Jorge o Sv. Juraj. En ese momento estaban celebrando misa, y la iglesia estaba tan llena dentro que mucha gente la seguía desde fuera, a través de unos altavoces. Como en otros lugares de Croacia, allí también la gente era muy creyente y practicante.
Primošten
Bajamos de la colina de la iglesia y callejeamos un rato más (poco, porque era un lugar muy pequeño!). Se acercaba la hora de cenar y miramos cual era la oferta del lugar. Como los restaurantes nos parecieron muy caros, decidimos volver a Skradin y cenar nuevamente allí. Esta vez elegimos la pizzería Zlatka, ya que en Croacia hacen unas pizzas más que decentes!
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