14 de agosto de 2016
En nuestro segundo día en Venecia hicimos un recorrido la mar de completo. Empezamos cogiendo un vaporetto para surcar el Gran Canal, la mejor forma de descubrir sus palacios. Desembarcamos en el barrio de Cannaregio, donde paseamos por su Gueto Judío y por sus canales, de los mas bonitos de la ciudad. Después cogimos un nuevo vaporetto para pasar un par de horas en la lejana isla de Burano, famosa por sus casas de colores. Luego, con un nuevo barco fuimos hasta la isla de Murano, conocida por su artesanía con cristal. Desembarcamos en el barrio de Castello, en el que estuvimos callejeando un rato, antes de coger un nuevo vaporetto y de apurar el día en Dorsoduro, explorando una nueva zona del barrio a la que no habíamos ido el día anterior.
Habíamos planeado empezar el día cogiendo un vaporetto para navegar por el Gran Canal. Éste tiene una de las estampas mas reconocibles de la ciudad, rodeada por bonitos palacios renacentistas y surcada por góndolas (y otras embarcaciones menos glamurosas). El vaporetto es un barco que constituye el principal sistema de transporte público, en una ciudad con casi todas las calles cerradas al tráfico. El único problema es que es caro, el billete sencillo cuesta 7,50 €. Como después queríamos ir a otras islas en barco amortizaríamos el abono de 24 h que cuesta 20 € (existen otros abonos de 48 y 72 h). Además, también nos serviría para el día siguiente, en el que ya nos marchábamos de Venecia.