9 de enero de 2018
Empezamos el día visitando el bonito monasterio de Santa Clara, que nos había quedado pendiente el primer día. Después paseamos por la agradable via Toledo, donde visitamos Sant'Anna dei Lombardi, una iglesia repleta de obras de arte, y el bullicioso mercado de Pignasecca. A continuación nos internamos por las caóticas callejuelas de los Barrios Españoles, acabando en la Piazza del Plebiscito. Luego fuimos al barrio marinero de Santa Lucía, donde visitamos el Castel dell'Ovo, un formidable castillo construido en una pequeña isla, y acabamos paseando por las tranquilas calles de Chiaia. Habíamos previsto ir a última hora de la tarde al Museo Arqueológico, pero estaba cerrado (¡no abre los martes!). En nuestro segundo y último día en la ciudad de Nápoles nos dedicaríamos a explorar los barrios que hay al oeste del centro histórico (que ya habíamos visto el primer día). Después de desayunar tranquilamente en la habitación del B&B nos lanzamos a descubrirlos.
9 de enero de 2018
Empezamos el día visitando el bonito convento de Santa Clara, que nos había quedado pendiente el primer día. Después paseamos por la agradable via Toledo, donde visitamos Sant'Anna dei Lombardi, una iglesia repleta de obras de arte, y el bullicioso mercado de Pignasecca. A continuación nos internamos por las caóticas callejuelas de los Barrios Españoles, acabando en la Piazza del Plebiscito. Luego fuimos al barrio marinero de Santa Lucía, donde visitamos el Castel dell'Ovo, un formidable castillo construido en una pequeña isla, y acabamos paseando por las tranquilas calles de Chiaia. Habíamos previsto ir a última hora de la tarde al Museo Arqueológico, pero estaba cerrado (¡no abre los martes!).
En nuestro segundo y último día en la ciudad de Nápoles nos dedicaríamos a explorar los barrios que hay al oeste del centro histórico (que ya habíamos visto el
primer día). Después de desayunar tranquilamente en la habitación del B&B nos lanzamos a descubrirlos. Pero antes, el primer día nos quedó por visitar un lugar importante del centro histórico, el
Convento de Santa Clara o Santa Chiara (entrada 6 €). Fue ordenado construir por Roberto de Anjou en el siglo XIV, aunque su aspecto gótico inicial ha ido cambiado a lo largo de los siglos. Desgraciadamente fue muy dañado durante un bombardeo de la 2ª Guerra Mundial, con lo que su aspecto actual se debe a una reconstrucción de los años 50. El edificio mas dañado fue la
Basílica, cuyo interior no tiene nada que ver con el original gótico. Al menos se pueden ver algunos elementos originales de la antigua basílica, el mas importante de ellos es la tumba del propio Roberto de Anjou situada justo detrás del altar mayor. En las dependencias del convento hay un pequeño museo donde se ven las ruinas excavadas de unas antiguas termas romanas sobre las que se construyó. Pero el lugar mas interesante (y bonito) de Santa Clara es su
claustro del siglo XVIII; su jardín central está atravesado por pasillos ricamente decorados con coloridas mayólicas que ilustran escenas cotidianas de la vida rural. Eran impresionantes, y cada escena era diferente, así que paseamos por los pasillos contemplando aquellas obras de arte. Sin duda, es uno de los lugares imprescindibles de cualquier visita a Nápoles.