TAILANDIA 16: Ko Phi Phi Don

12 de enero de 2012 Este día exploraríamos un poco el interior de la isla de Phi Phi Don, donde hay un popular mirador con grandes vistas. Al mediodía cogeríamos el ferry de vuelta a Krabi, ya que por la tarde teníamos el vuelo que nos llevaría a Bangkok, donde pasaríamos la noche antes de regresar a casa el día siguiente. Dejamos las maletas en la residencia y empezamos la caminata hasta el mirador (viewpoint), situado en la cima de una colina. Tardamos cerca de una hora y fue un poco cansado por que el camino iba subiendo todo el rato (para los más comodones hay la opción de subir en quad).
12 de enero de 2012
Este día exploraríamos un poco el interior de la isla de Phi Phi Don, donde hay un popular mirador con grandes vistas. Al mediodía cogeríamos el ferry de vuelta a Krabi, ya que por la tarde teníamos el vuelo que nos llevaría a Bangkok, donde pasaríamos la noche antes de regresar a casa el día siguiente.

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Dejamos las maletas en la residencia y empezamos la caminata hasta el mirador (viewpoint), situado en la cima de una colina. Tardamos cerca de una hora y fue un poco cansado por que el camino iba subiendo todo el rato (para los más comodones hay la opción de subir en quad). Suerte que estaba muy bien indicado, siempre que había una bifurcación había un pequeño cartelito indicativo. Y el esfuerzo tuvo su recompensa, la vista era espectacular. En primer término veíamos Ton Sai y sus playas, con su gran peñón al fondo. Había otro mirador un poco más arriba, pero no tenía tan buena vista.
Mirador de Phi Phi Don con Ton Sai al fondo
Panorámica desde el mirador de Phi Phi Don
Como era un poco pronto decidimos coger un sendero que nos llevaría a Hat Ranti (o Rantee), una pequeña playa de la zona este. El sendero era muy tortuoso, aunque también bien indicado. Más que una playa, Hat Ranti era una solitaria cala en la que apenas había gente. Había un par de chiringuitos en la playa y unos pocos bungalows, todo muy tranquilo. Nos tumbamos un poco en la arena y cuando fuimos a darnos un baño nos dimos cuenta que el agua estaba llena de medusas. Como no sabíamos si eran urticantes como las de aquí, decidimos no bañarnos.
Playa de Hat Ranti
Cuando empezamos a hacer un pensamiento para volver a hacer la caminata hacia Ton Sai, vimos que un grupo de gente iba hacia un long-tail. Preguntamos al barquero y nos dijo que precisamente iba a Ton Sai, así que montamos en la barca y nos ahorramos la caminata. Una vez allí, dimos un paseo hacia Hat Hin Khom, una de las playas más cercanas a Ton Sai, muy poco concurrida.
Ton Sai
Se acercaba la hora del ferry así que nos dirigimos hacia la Palms Residence a buscar nuestro equipaje. En el camino nos compramos un par de pizza a taglio para llenar el estomago. Mientras nos la comíamos empezó a lloviznar un poco, era la primera vez que veíamos la lluvia en las dos semanas en Tailandia. Al poco, la llovizna se convirtió de repente en una feroz tormenta que barrió de turistas las calles de Ton Sai. Llegamos como pudimos al alojamiento y decidimos esperar un poco a ver si cesaba el aguacero. Como veíamos que no iba a amainar, nos pusimos unos chubasqueros y salimos en dirección al puerto. Las calles estaban casi inundadas tras veinte minutos de fuerte lluvia. En algunos sitios que cruzamos el agua nos llegaba hasta los tobillos, llegamos al ferry empapados.
Nos secamos como pudimos en el trayecto de ferry, durante el cual dejó de llover. Como no queríamos perder el vuelo hacia Bangkok, por la mañana, en la misma agencia de viajes donde habíamos comprado el billete del ferry pagamos un suplemento para que nos llevaran en taxi desde el puerto de Krabi hasta el aeropuerto. Al llegar, el taxista nos estaba esperando y nos llevó velozmente al aeropuerto, el tío era un suicida, no hubiera sido extraño tener un accidente!
Llegamos al aeropuerto de Krabi con el tiempo bastante justo para coger el vuelo de Air Asia hacia Bangkok. Pero al facturar ya nos enteramos que llevaba "unos minutos" de retraso, lo cual al final se transformó en casi dos horas. Al final llegamos a las tantas a Bangkok, y cogimos el último Rail Link (a las 12 de la noche) hacia Phaya Thai. Allí paramos a varios taxis para que nos llevaran al Hotel Narai, pero a esas horas ninguno quería poner el taxímetro. Al final nos sablearon 100 bahts por un trayecto que hicimos en un plis por el poco tráfico que había a esa hora.
Era nuestra tercera estancia en el Hotel Narai, así que ya nos lo conocíamos. Descargamos los trastos en la habitación a la una de la madrugada, y todavía no habíamos cenado. Así que bajamos a un 7-eleven cercano y compramos algo de comida de supervivencia. Esa iba a ser nuestra última noche en Tailandia!

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